Fue niño de coro en la catedral de Zamora, entre los años 1652 y 1654 de un modo oficial, aunque muy posiblemente seguiría de manera más velada las enseñanzas de la catedral desde bastante tiempo antes, siendo sus maestros  Pedro Manrique y  Juan de Padilla. Los puestos que ocupó en su carrera, fueron sucesivamente los de Burgo de Osma (1654-1663), Sigüenza (1663), Zamora (1663-1666) y Málaga (1666-1683), sustituyendo a Francisco Ruiz Samaniego, en donde moriría alrededor de los 48 años de edad.

Durante el período malagueño,  hizo dos escapadas a las catedrales de Zaragoza y de Salamanca, (donde ni siquiera llegó a presentarse  para ejercer en la plaza que había ganado), respectivamente en los años 1671 y 1680, pero tras ellas,  en ambos casos volvió a Málaga. No se sintió muy entusiasmado Toroices  en el puesto  de Sigüenza, y a muy poco de llegar a él, envió una petición a sus antiguos patronos de Burgo de Osma, pidiendo la readmisión.  Esto no se consideró conveniente y Torices, que persistía en su intento de retornar a su anterior plaza, quiso optar a ella como un opositor más; lamentablemente para él, el resultado no fue en absoluto favorable.